Pedacitos rotos

Ni un segundo de nuestra vida es igual al anterior, ni un minuto de la mia podria pensar que ya no estas en ella, y no por ti sino por mi.

El dolor profundo de una niñez que se quedo vacia, una tristeza sin consuelo que ya no tiene remedio, una mirada sin vida por un alma desgastada, todo eso me parte el alma, aunque lo entiendo, almas que me han abierto su corazon buscando un experto, que convierta al arcoiris, su vida en blanco y negro.

Pero es más que dolor porque me desgarra, todo se desgarra, cuando eres tu quién lo sufre y yo no puedo hacer nada, ese tormento profundo de respirar por costumbre y no por deseo, que pone tu vida en manos de un sueño eterno sin recuerdos, de un hasta siempre sin un hasta luego, de un perderte sin tenerte, de un nunca tenerte.

Son tus ganas, no las mias, dices mientras mi alma te abraza, mientras cada pedazo de mi roto corazon sueña con mezclar algun añico entre los tuyos y que asi no te des cuenta que deje un pedacito mio escondido, en algun lugar de tu alma, para que cuando lo encuentres, descubras que me tienes siempre contigo, allí donde vayas.

Hambre de ti

Hambre de ti.
Del sabor de tus besos.
Del mordisco insaciable de tu ser.
Tus labios manjar de dioses desconocidos, los mios fruta intensa de la pasion femenina.
Siento tu mano caliente sobre mi espalda, mientras tus dedos me entregan las caricias que mi piel ansia y mis manos acarician los huesos que la tristeza de tu corazon hace marcar en tu cuerpo, delgado, suave, paciente.
Mi pecho dislocando tus sensaciones al abrazarnos en un intenso encuentro, en el que se nos olvido el numero que compone esta nueva fusion de amor
Mis ojos alumbran la mirada temerosa de tus ojos, Sí, es cierto, aqui estoy frente a ti, alma con alma, piel con piel.
Sé que hace más vidas que nos encontramos y decidimos amarnos, sin tiempo ni espacio, sin cuerpos ni piel, tan solo mente y corazon, uno para dos.
«Imagen prestada de Diego Manuel»

 

El Buen Amor

El pasado jueves, día 12 de Enero, acudí a una interesante conferencia impartida por Joan Garriga, psicólogo humanista especializado en Gestalt, uno de mis primeros acercamientos «directos» a estas teorías, de las que mucho he escuchado ultimamente.

La pequeña sala habilitada para los Encuentros de Ciencia y Pensamiento que ha organizado la Diputación de Málaga, se llenaba de gente deseosa de llenar sus almas de emoción, de cambio, de palabras directas al corazón. Los que tuvimos suerte de llegar media hora antes nos sentamos en escalones y escaleras de la sala, los menos afortunados, os aseguro que más de la mitad de los que allí estabamos, directamente sentados en el suelo o de pie apoyados en las paredes de la estancia; en la calle otros muchos a los que no dejaban entrar. 

Aún no había empezado la conferencia y el especialista en constelaciones familiares era esperado con sonrisas y buenos deseos; gracias a su intervención todos pudieron acceder al edificio para escucharlo, aunque mucha gente permaneció fuera de la «habitación», que quedo con las puertas abiertas de par en par intentando dar cabida a todos los allí presentes. (Sería bueno para próximas conferencias que la Diputación tuviera en cuenta organizar estos «Encuentros» en salas con mayor aforo).

Difícil resumir una conferencia de casi dos horas en unas pocas palabras, tan difícil como definir que es el Buen Amor y cómo encontrar la Felicidad completa cuando ni siquiera aquellos que se esfuerzan en buscarle palabras a su definición son capaces de lograrla, pero creo que hay algo extremadamente bello en todo esto, la inquietud de la búsqueda, el estar en el camino y disfrutar de ese paseo.

De Joan me quedaron marcadas parte de sus primeras palabras ante el auditorio, un rotundo «Sí a lo Imperfecto», en el que todo empieza de nuevo a cada momento, la actitud predispuesta de mirar hacia el futuro. Comenzó lanzando lo que el quería transmitir del Buen Amor, ese que se encuentra en lo que hay realmente y no en lo que debería haber, ese amor puro y bueno que respeta el dolor, las pérdidas, las adversidades, todas las heridas que tenemos desde nuestro nacimiento. El Buen Amor consigue amar en los otros todas sus fragilidades, respetándolas.

El saber gestionar nuestros vínculos afectivos nos acerca a ser felices, así el Buen Amor nos acerca a todo lo que nos hace felices. Para Joan Gariga, la Felicidad es una ecuación que combina dos factores: en primer lugar «movernos hacia nuestros deseos», somos felices cuando caminamos hacia lo que nos toca y nos ilusiona, le lanzamos a la vida nuestras propuestas, esos «Deseos». En segundo lugar «sintonizar con la vida», aceptar aquello que la vida quiere o impone vivir aunque a ti no te guste, es muy importante saber encajar lo que la vida nos trae.

Por eso el Buen Amor tiene como rasgo principal tener los ojos abiertos, eso nos conduce a la vida, tal como la vida es y no cómo debería ser. Dentro de estas aceptaciones una de las primeras que debemos de realizar es respetar las realidades familiares, reconocer los vínculos afectivos y las formas de expresión del amor del seno de nuestras familias, me pareció muy emotivo esta parte de la charla.

Según nuestro especialista, podemos cometer tres errores muy graves, casi entendidos como pecados a nosotros mismos: El primero, «no darle a la vida lo que tenemos para darle», esta claro que no siempre elegimos demostrar lo que tenemos, en la mayoría de las veces hay que desarrollar la suficiente Valentía como para darle a la vida lo que tenemos, pero el temor al fracaso es demasiado restrictivo para algunas personas; en cambio, cuando le das a la vida todo lo que tienes, ésta le dará su lugar. El segundo de los pecados, es su anverso «darle a la vida lo que no tenemos», inventar un personaje ideal, creado a veces por uno mismo y otras por lo que los demás esperan de ti; para descubrirlo hay que hacer un ejercicio de Transparencia con uno mismo.  El último de los errores es «no tomarse en serio la tarea interior de Escucha Profunda», para ello debemos de percibir nuestras sabias sensaciones internas, escucharnos a nosotros mismos en el Pleno Respeto a lo que uno quiere, quienes somos a cada momento y ser conscientes de que cambiamos también a cada momento.

El Buen Amor es transparente y claro, reconoce las cosas tal y como son, integra el sufrimiento aceptándolo y construyendo nuevos procesos interiores. «Lo que más mueve a una persona es el movimiento del corazón».

Miradas que gustan

Me gusta cuando me miras de reojo, sé que hay mucha gente y no quieres que se noten tus atenciones.

Me gusta cuando me miras a los ojos, estamos solos, parando el mundo, pero nos convertimos en dos niños con miedo a que los dañen.

Me encanta sentirte a mi lado aunque estes lejos, tu corazon me mira, así dulcemente, dibujando una sonrisa en mis labios.

En directo en 4, 3, 2, 1

Aparezco tarde, eso sí en cuanto puedo, pero a cambio llevo agua y chocolate. Llevo toda la tarde pensando en vosotros, personas especiales con las que compartiré un gran sueño echo realidad en muy pocos meses.

Sonrisas amplias y grandes, miradas contagiosas de ilusión, nervios sin lograrse contener que afloran en la piel con abrazos llenos de emoción.

No puedo parar mis pies, ni mis manos, los nervios se contagían, todas las expresiones de nuestras caras son un cúmulo de información que difícilmente pueda retener al completo (con lo que me gusta analizar los gestos ;P)

Nos damos las manos y arrancamos algún que otro abrazo de energía sin darle importancia a esos contactos, mientras intentamos recordar cada una de las  palabras de un divertido texto,… oooh no!! Estamos tan nerviosos que parece que se olvidan, aay no!, pero si están en nuestras cabezas; «mis textos, los tuyos, quizas si cambiaramos los personajes hasta nos saldria mejor»,  «sé perfectamente cuando me tienes que par el pie, y tu al revés!»

«Si, si, me acuerdo perfectamente, pero no te equivoques tú que sino luego no se seguirte!» decimos nerviosos a nuestro partener.
Pero no es cierto, todas las palabras ensayadas y los gestos se encuentran ya dentro del «personaje» en el que nos vamos a convertir…

Entramos en Cuatro, tres, dos, uno… «En Directo»!!!. Esa cuenta atrás sonó como algo mágico, al fin.

Nos lanzamos a escena en escala, uno a uno, abrazando al resto antes de salir. Localicé el sitio perfecto para mí, en esa oscuridad y teniendo en cuenta que saldria la penúltima a escena, pero la última de esa sala. En los vestuarios, junto a la puerta de salida, sentada en una silla, viendo en penumbra a cada uno de los actores, mis compis!.

Me encantó daros un abrazo a cada uno antes de salir al escenario, tocándonos el corazón (literalmente, para comprobar nuestra aceleración), gestos propios de la amistad profunda y de una unión especial, las vibraciones de cada una de las emociones que sentiamos, salían en susurros por nuestra boca.. (mucha mierda… va a salir bien!)

Quiero dar las gracias a Pedro Lanzas, autor, director y alma mater de cada uno de los momentos conseguidos en escena, nos has trasmitido tu fuerza y carisma para no dejar indiferente a nadie.

Cada uno de los componentes del grupo, ha ganado un trocito de mi corazon: Sonia Leon, Ana Quesada, Irene García, Antonio Horcas, Sofía Cortiñas, Virginia Sanchez y Laura Quintana, siempre recordaremos esos momentos de nervios, tensión, y el abrazo gigante cuando terminamos (espero que los gritos que pegamos no se escucharan en el público) me recordó al griterio que provoca en los jugadores de un equipo, ganar un partido.

¿Cuantos minutos? imposible contarlos, no somos conscientes. ¿Cuantas risas? millones! y alguna que otra lágrima, hemos compartido en tan poco tiempo. Creo que además de la puesta en escena, recordaremos siempre algunas de nuestras improvisaciones, la mayoría en las que hemos llorado de la risa, en las que Pedro no paraba en su sitio, se ponía a saltar mientras reía y se sorprendía con cada una de nuestras salidas espontaneas de sitio, y alguna que otra, en las que nos brotaban las lágrimas sin querer.

Algunos sueños locos se hacen realidad… sólo hay que saltar al escenario y salir en 4, 3, 2, 1, En Directo!

(Imagen: Cartel publicitario de la obra creado por Sonia León Isern)

El corazón más hermoso

«Un día un hombre joven se situó en el centro de un poblado y proclamó que él poseía el corazón más hermoso de toda la comarca.

Una gran multitud se congregó a su alrededor y todos admiraron y confirmaron que su corazón era perfecto, pues no se observaban en él ni máculas ni rasguños. Sí, coincidieron todos que era el corazón más hermoso que hubieran visto.

Al verse admirado el joven se sintió más orgulloso aún, y con mayor fervor aseguró poseer el corazón más hermoso de todo el vasto lugar.

De pronto un anciano se acercó y dijo: «¿Porqué dices eso, si tu corazón no es ni tan, aproximadamente, tan hermoso como el mío?

Sorprendidos la multitud y el joven miraron el corazón del viejo y vieron que, si bien latía vigorosamente, éste estaba cubierto de cicatrices y hasta había zonas donde faltaban trozos y éstos habían sido reemplazados por otros que no encastraban perfectamente en el lugar, pues se veían bordes y aristas irregulares en su derredor. Es más, había lugares con huecos, donde faltaban trozos profundos.

La mirada de la gente se sobrecogió «¿Cómo puede él decir que su corazón es más hermoso?», pensaron …

El joven contempló el corazón del anciano y al ver su estado desgarbado, se echó a reír. «Debes estar bromeando,» dijo. «Compara tu corazón con el mío… el mío es perfecto. En cambio el tuyo es un conjunto de cicatrices y dolor.»

«Es cierto,» dijo el anciano, «tu corazón luce perfecto, pero yo jamás me involucraría contigo»… Mira, cada cicatriz representa una persona a la cual entregué todo mi amor. Arranqué trozos de mi corazón para entregárselos a cada uno de aquellos que he amado. Muchos a su vez, me han obsequiado un trozo del suyo, que he colocado en el lugar que quedó abierto. Como las piezas no eran iguales, quedaron los bordes por los cuales me alegro, porque al poseerlos me recuerdan el amor que hemos compartido. Hubo oportunidades, en las cuales entregué un trozo de mi corazón a alguien, pero esa persona no me ofreció un poco del suyo a cambio. De ahí quedaron los huecos.

Dar amor es arriesgar, pero a pesar del dolor que esas heridas me producen al haber quedado abiertas, me recuerdan que los sigo amando y alimentan la esperanza, que algún día, quizás, regresen y llenen el vacío que han dejado en mi corazón. ¿Comprendes ahora lo que es verdaderamente hermoso?»

El joven permaneció en silencio, lágrimas corrían por sus mejillas. Se acercó al anciano, arrancó un trozo de su hermoso y joven corazón y se lo ofreció.

El anciano lo recibió y lo colocó en su corazón, luego a su vez arrancó un trozo del suyo ya viejo y maltrecho y con él tapó la herida abierta del joven. La pieza se amoldó, pero no a la perfección. Al no haber sido idénticos los trozos, se notaban los bordes.

El joven miró su corazón que ya no era perfecto, pero lucía mucho más hermoso que antes, porque el amor del anciano fluía en su interior.»

Anónimo.

Espero que tengaís tod@s corazones tan hermosos como el de estos dos personajes.

Corazón o Razón

Hay muchas ocasiones en las que nos planteamos cual es el modo más correcto de tomar decisiones.

El hombre necesita buscar explicaciones y razonamientos a todas las formas de actuar propias y ajenas, ¿porqué hacemos las cosas y porqué las hacen los demás?, ¿porqué se toman unas decisiones y no otras?, a veces decisiones que nadie salvo tú mismo, puedes llegar a entender.

Dicen que «El corazón tiene razones que la razon no entiende», lo que dicta nuestro corazón a veces es demasiado fuerte para no hacerle caso, y me refiero a cualquier tema, el Amor, el Trabajo, la Familia, los Estudios, étc.

Personalmente no entiendo muy bien a las personas pasivas o frías, me cuesta entender cómo pueden llegar a conformarse con lo que va apareciendo en su vida, sin entender que cada detalle puede aportar más cosas de las que imaginan. Tampoco entiendo a aquellos que ven tantos problemas, causas y consecuencias, que no son capaces de llevar a cabo nada para cambiar su situación, se resignar a soñar con un mundo mejor, en el que ellos nunca serán los actores principales, por el miedo a intentarlo, arrepintiéndose por siempre de no haber reaccionado en el momento oportuno. Ni siquiera a aquellos que por haberse equivocado en decisiones parecidas en otros momentos de su vida, no se permiten volver a vivir y a tomar las riendas de sus caminos, mirando eternamente al pasado.

Está claro que todos tenemos momentos en los que debemos de controlar nuestros actos, pensar en esas consecuencias y actuar dependiendo de los cambios que puedan realizar en nuestras vidas, (cada pequeño detalle puede ser una gran consecuencia y traer cambios no esperados), debemos de utilizar nuestra «Razón» para actuar.

Pero ¿qué pasa cuando lo que «debes» de hacer se contradice con lo que «deseas» hacer? Podemos hacer actuar a la Gran «Conciencia» y según un dicho popular, cuando lo hayas pensado dos veces, actúa.

Para mi la Conciencia es moverte y actuar conforme lo que sientas, pero de una forma razonada. Uno debe de pensar que quiere hacer, que le dicta su corazón, y cuando se han valorado los pros y los contras de las dos vertientes, tomar la decisión más coherente contigo mismo y tus deseos, eso es tu conciencia. Actuar según lo que sientes y piensas.

Corazon, Conciencia o Razón, ¿Con que os quedaís vosotros? Si eliges lo que te dicta el corazón, sin pensarlo, tu razón eternamente te culpara de las consecuencias, y creéme que tendrá múltiples razones para continuar siempre recordándote alguna;  si eliges lo que dicta tu Razón, contradiciendo lo que sientes, nunca podrás perdonarte a ti mismo, por la traición.

Si consigues que tu razon esté de acuerdo con tu corazón, o al menos, concilien arguementos en la toma de decisiones, habrás conseguido una gran tranquilidad mental. Quizás el corazón, se lleve siempre las culpas de tu reacción o forma de actuar, pero al menos tú siempre estarás contento de la decisión tomada, y tu razón nunca podrá echarte las culpas, porque tomo parte en el juicio.

Dedicado al «Consejo Consultivo de los Churros», esas personas especiales que han llegado a mi vida, para aportarnos mutuamente Motivación y Apoyo Moral 😉 Estoy convencida de ello.

Mis 10 minutos

Hacia tiempo que no lo hacía y supongo que mi mente y mi cuerpo, lo necesitaban.

No se si os pasará a alguno de vosotros, pero yo suelo estar vitalmente activa e inquieta. Suelo tener mil cosas en la cabeza, y mil cosas y ocupaciones que hacer; a veces impuestas por el trabajo, otras por mi vida social y familiar, bastante poco tranquila y que en el fondo, me encanta que sea así, otras por todas las cosas que quiero leer y aprender, y para las que necesitaría díez horas mas al día.

Cuando fumaba, (hace más de dos años que lo dejé, y estoy super contenta por haberlo conseguido) solía utilizar esos minutos del último cigarro antes de llegar a casa para meditar unos minutos: pensar en las cosas que me habian pasado durante el dia, las situaciones que habia vivido, las reacciones de las personas con las que habia interactuado y las mias propias, fíjaba mis ojos en los valores y emociones sentidas, en las actitudes con las que se afrontan las situaciones.. bueno, podria seguir hasta el infinito, porque cada día el pensamiento me traia nuevos aprendizajes.

En esos pequeños minutos de encontrarte contigo misma, sentir que estás sola, sin ruido para pensar y sin miedo de sentir, suelen pasar miles de emociones distintas por dentro, de emociones probablemente contrapuestas. Esos recuerdos bellos o no tanto, que solo afloran cuando los dejas, cuando permites que tu corazón te hable, y cuando eres capaz de estar en consonancia por minutos con lo que realmente sientes y quieres.

Espero poder regalarme esos díez minutos, todos los días, porque.. que bien me sientan!

Oir y Escuchar

No hace mucho, en unas tareas para un curso, teníamos que diferenciar entre las palabras: «Oír y Escuchar».

«Oir es el acto fisiológico, en el que no implica que seamos conscientes del transfondo que tienen las palabras ni de entenderlas ni comprenderlas.»

«Escuchar, es asumir lo que la otra persona está intentando explicarte, entender y comprender sus palabras y el significado implicito en ellas.»

Despues de definirlas, guarde mis propias palabras para añadir algunos comentarios personales e ideas.

Que pena que haya tantas veces que sólo oigamos y no escuchemos al otro que está a nuestro lado.

Ojalá pudieramos escuchar más de una vez, no sólo las palabras, sino el lenguaje implícito de los gestos, y la voz tenue del corazón, y en ello, estoy… en escuchar tu corazón, espero que me llegue tu voz y me muestre cual es el camino.

E intentaré algo mucho más difícil, escuchar al tuyo y al mío, ojala hablen el mismo lenguaje, y se entiendan sólo con mirarse.

Si dudas

Cuando dudes de lo que sientes, deja que tu corazón te revele en quién piensas cuando despiertas. La persona que ocupa durante toda la noche tus sueños.

Cuando dudes de lo que quieres, deja que tu corazón te muestre en qué anhelas proyectar tu vida, tus esfuerzos por aprender, tu integridad y honestidad al hacer las cosas. El proyecto personal que quieres tener.

Cuando, en cambio, dudes de lo que tienes, abre bien los ojos cuando despiertes, y mira a tu alrededor, eso es todo lo que posees.